Descripción
Estos conejitos de colores quieren formar torres cada vez más altas y complicadas. Pero necesitan la ayuda de un habilidoso colaborador. Las actividades de equilibrio siempre son divertidas y todo un reto que asumir. El desarrollo del pulso y el equilibrio es un largo proceso que comienza en los primeros años de vida. Primero jugamos libremente, y poco a poco vamos desarrollando la lógica necesaria para enfrentar los desafíos de forma eficiente.
El jugador elegirá una de las diez tarjetas objetivo, y tendrá que colocar a los conejitos de madera de la misma forma en que estén dibujados en el reto, teniendo cuidado de que ninguno se caiga, ya que han de estar en equilibrio.
Como decíamos, cuando nos acercamos los dos años, las habilidades relacionadas con el equilibrio y la motricidad se van afinando. Cuando nos acercamos a los tres años, es la lógica la que entra en juego. En cualquiera de los dos casos, este juego es fabuloso. Con dos años, los más pequeños podrán jugar libremente utilizando los conejitos como bloques irregulares que se levantan haciendo divertidas torres. Y según van creciendo, irán resolviendo las diferentes tarjetas objetivo cada vez más complicadas.
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