Descripción
¿Creías que las construcciones son sólo para niños mayores? Estos fabulosos cubos blandos permiten que los más pequeños de la casa se acerquen al concepto de la construcción y los volúmenes, con materiales totalmente seguros para ellos.
A partir de los cuatro meses de vida, nuestros bebés empiezan a distinguir los primeros contrastes entre colores, especialmente el blanco y negro, por eso, estos cubitos, donde predomina el contraste, les sirven desde muy pequeños para desarrollar la percepción visual, estimular su curiosidad y centrar su atención. Desde los siete u ocho meses pueden comenzar a jugar con los cubos, lanzarlos, tocarlos y experimentar de todas las formas posibles. Se trata de un material seguro, con piezas grandes y aristas suaves, con el que desarrollar su percepción táctil.
Pese a parecer tan básicos, estos cubos esconden muchos secretos. En sus diferentes caras encontrarán formas, colores, texturas, un espejo de material blando, una campanita, tejido que cruje… múltiples formas de experimentar y aprender. Cuando sean más mayores, podrán trabajar diferentes conceptos con un material que conocen desde la primera infancia.
Fantástico para pasar un estupendo rato divertido, con un primer juego de manipulación.
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